En el municipio de Tolimán algunas de sus comunidades cuentan con capillas familiares que fueron construidas entre los Siglos XVIII y XIX, eran espacios de oración y de rituales que llevaban a cabo familias de origen Otomí-Chichimeca en nuestro estado; son lugares familiares y privados en los que se consagraba el culto a sus antepasados.

Antes de relatarte un poco más de estos lugares, es importante platicar que estos espacios no están abiertos del todo al público, pero sí es posible visitarlos, pues existen convenios entre autoridades y las familias que poseen y han conservado estos lugares, de modo que agendado una cita en turismo de Tolimán se puede planear recorrer algunas de ellas y saber un poco más de la historia de estos lugares.

El pueblo Otomí-Chichimeca se asentó en la zona semidesértica de nuestro estado y algunas de sus tradiciones han perdurado hasta nuestros días, tal es el caso -por ejemplo- del levantamiento del Chimal en San Miguel, una celebración que realizan a San Miguel Arcángel y que ahora año con año congrega incluso a miles de personas para ver la estructura de gran altura (23 metros de alto) que adorna la explanada del templo en honor a ese santo de la Iglesia católica.

Nosotros tuvimos la oportunidad de ingresar a una capilla justamente en esta comunidad de San Miguel, la Capilla de “San Diego” a unas calles del centro de la localidad, donde el dueño amablemente nos permitió conocer el espacio que había destinado su familia, sus antepasados, para llevar a cabo sus rituales. Ahí al ingresar es notoria la cantidad tan importante de representaciones pictóricas que hay en las paredes, representaciones que han tratado de conocer su significado y de describir lo que era para ellos.

Las capillas eran nombradas por cada familia, lo más común era que se usara el apellido paterno de quien llevaba el mando familiar, pero también hay otras que eran identificadas por el oficio al que se dedicaban o por algo distintivo que había cerca de ahí, tal es el caso de que existan capillas con nombre como “Piedra Grande”, “Del Sábilar”, otras con apellidos como “Ndondo Grande”, “Andreses” o “Sabino”.

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