Del 17 al 19 de noviembre, el limón persa será parte del Pabellón de México en la feria internacional Organic and Natural en Dubái

En un momento en que México redefine su papel dentro del comercio agrícola global, el limón persa se consolida como uno de los productos más dinámicos y estratégicos. Su demanda no solo crece en Estados Unidos, su principal comprador, sino que se extiende hacia mercados más lejanos y exigentes, como los del Medio Oriente.

Del 17 al 19 de noviembre, el limón persa será parte del Pabellón de México en la feria internacional Organic and Natural en Dubái. Esta participación marca un paso importante en la diversificación de destinos comerciales y en la presentación del cítrico como un producto agroindustrial con valor agregado. En un mercado que valora la trazabilidad, las prácticas sostenibles y los estándares sanitarios, el limón mexicano tiene una ventana clave para posicionarse.

En esta estrategia de internacionalización, algunas empresas del sureste mexicano, como Citrus Patrimonial, han comenzado a estructurar modelos financieros que permiten a inversionistas participar indirectamente en el cultivo y exportación del limón persa. A través de esquemas como certificados de plantación por 250 mil pesos, se busca vincular el capital privado con el crecimiento agroindustrial de la región, bajo figuras legales que aseguren transparencia y retorno a mediano plazo.

A diferencia de otros cultivos, el limón persa tiene un ciclo productivo continuo. Puede cosecharse hasta 14 veces en 12 meses, lo que garantiza una oferta constante para el mercado. Además, su larga vida postcosecha y sus propiedades nutricionales —entre ellas su alto contenido de vitamina C— lo han convertido en un insumo atractivo tanto para consumidores finales como para la industria alimentaria.

En este contexto, Yucatán se ha posicionado como uno de los polos emergentes en la producción y exportación del cítrico. Con un enfoque cada vez más orientado a la tecnificación del campo, la trazabilidad y las buenas prácticas agrícolas, los productores yucatecos están respondiendo a las exigencias de los nuevos mercados internacionales.

La feria en Dubái no solo ofrecerá un escaparate comercial. Representa también una oportunidad para mostrar la capacidad organizativa y exportadora del agro mexicano, así como para explorar alianzas logísticas y certificaciones internacionales. En un entorno donde los productos frescos compiten por diferenciación y confianza, el limón persa mexicano busca hacerse un lugar propio.

Si logra posicionarse en esta región, abrirá nuevas rutas para el comercio de alimentos desde México hacia Medio Oriente, un mercado en expansión que valora cada vez más la frescura, la calidad y la procedencia de lo que consume.

El limón persa no solo está en auge. Está en ruta hacia una nueva dimensión global.

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