La noche siguiente el mismo violinista tocó en uno de los escenarios más reconocidos del mundo y cobraba mínimo $100 cada entrada.

El experimento probaba que lo extraordinario en un ambiente ordinario no brilla, no se lo reconoce.
Existen profesionales brillantes que no reciben una recompensa acorde a su potencial , una vez que se arman de valor y se marchan de este tipo de ambientes florecen y crecen.
Cuando una persona no está en el ambiente correcto la gente podrá pasar a su lado y no ver lo excepcionales que son, solo por favor asegúrate de estar ¡donde debes estar!

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